BATIBURRILLO

CHISTES	Busco una sonrisa.
COCINA	Rosquillas de Julia Alcachofas rebozadas.
CÓMICS	Los coches de Tintín
MINI	Bricominía

 

LOS COCHES DE TINTÍN

    El 22 de mayo de 2007 se cumplieron los 100 años del nacimiento de Georges Remi, más conocido como Hergé, el autor de LAS AVENTURAS DE TINTÍN. Algún mérito debe haber cuando sus libros han sido compartidos por tres generaciones y existen actualmente muchísimos tintinófilos repartidos por todas las culturas.

    Sin duda alguna, el gran éxito de sus dibujos estriba en su escrupulosa meticulosidad. Después de tantos años, todavía pueden identificarse fácilmente algunos rincones del mundo. La difíciles situaciones personales y coyunturales del momento y el lugar donde vivió pudo influir en sus historias, pero nosotros nos ceñiremos a los coches más famosos que aparecen en sus libros, a modo de homenaje.

	LA ISLA NEGRA Por proximidad al Mini lo hemos seleccionado el primero. Se trata de un MG 1300. En nuestro país convivió con el Morris 1100, menos lujoso que el primero. La diferencia exterior del Morris es que poseía una parrilla más ancha con las láminas cromadas horizontales en vez de verticales. Los motores eran esencialmente idénticos a los de nuestros Minis.
	EL ASUNTO TORNASOL Es un Citröen 15 / 6 de 1952. Esta marca siempre se caracterizó por soluciones mecánicas vanguardistas. Este modelo hizo famosa la entonces novedosa tracción delantera, aunque la posición del motor era longitudinal. Eran coches muy estables, rápidos y se hicieron muy populares. Citröen inventó el doble chevron para la transmisión de fuerza entre dos piñones contiguos, en lugar de segmentos paralelos o inclinados. De ahí viene sus dos uves invertidas en su logo.
	TINTÍN EN EL PAÍS DEL ORO NEGRO Citröen 5 HP de 1924. Hergé era un gran aficionado a los coches, preferiblemente italianos. La precisión en los detalles era mayor conforme los libros alcanzaban progresivamente más éxito.
	LA ISLA NEGRA Se trata de un Jaguar MK X. Tal y como se tilda en la historieta de este coche de "los malos", era muy potente. En comparación con la versión actual, da una sensación un poco vetusta, pero por aquellos años, el hocico de este felino era de lo más aerodinámico y ... bello.
	STOCK DE COQUE En esta viñeta podemos apreciar una de las causas del éxito de Hergé. El capitán y Tintín pasean a la salida del cine y se dibuja solo parte del coche aparcado en la acera. Solo los aficionados a los coches saben que se trata inequívocamente de un Jaguar. Esa obsesión por la fidelidad en los detalles lleva al lector a viajar como en una película.
	TINTÍN EN EL PAÍS DEL ORO NEGRO Jeep MB de 1945/6 en donde Hernández y Fernández son capaces de revolucionar el desierto.   OBJETIVO: LA LUNA
	LA ISLA NEGRA Triumph Herald 1200. En la década de los 60 los coches ingleses pequeños, Mini, Triumph, Lotus, etc son admirados ya en todo el mundo.
	EL ASUNTO TORNASOL Este precioso coupé representa al Lancia Aurelia B20 (1953) de Arturo Benedetto... de Milán cuando va a dar alcance al Chrysler de los secuestradores.
	EL CETRO DE OTTOKAR Opel Olympia Cabriolet coach de 1935
	EL CETRO DE OTTOKAR Cadillac La Salle de 1934
	EL CETRO DE OTTOKAR Packard Super Eight coupé de 1939 con el que Tintín es atropellado por su Alteza Real.
	LAS 7 BOLAS DE CRISTAL Es el coche del capitán Haddock, un Lincoln Zephyr Cabriolet de 1939 y es el que más veces aparece dibujado (22 viñetas en este libro). Se sabe que Hergé descubrió este coche en un número de la revista "La Revue Ford" en la que también colaboraba.
	EL ASUNTO TORNASOL El famoso Citröen 2 CV de Hernández y Fernández. Eran refrigerados por aire y con una suspensión muy graciosa. Fueron muy populares en nuestro país, especialmente el modelo de furgoneta. El embrague disponía de un curioso mecanismo centrífugo que permitía poner la 1ª velocidad sin pisarlo, para salir con solo acelerar. Era el coche ideal para esta pareja de policías. Hergé dibujó un 2CV en verde años antes que la propia Citröen lo incluyera en su catálogo.

 

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CHISTE

SHERLOCK HOLMES Y WATSON

Sherlock Homes y el Dr. Watson se fueron a pasar unos días de acampada a un camping.

Tras una buena cena y una botella de vino se desearon buenas noches y se acostaron en sus respectivos sacos. Horas más tarde Holmes se despertó y llamó con el codo a su fiel amigo:

- Watson mira al cielo y dime que ves??

- Veo millones de estrellas…

- Y eso, que te indica, volvió a preguntar Holmes.

Watson pensó por un minuto y plenamente decidido a impresionar a su amigo con sus dotes deductivas contestó:

-    Desde un punto de vista astronómico me indica que existen millones de galaxias y potencialmente por lo tanto billones de planetas. Astrológicamente hablando me indica que Saturno está en conjunción con Leo. Cronológicamente, deduzco que son aproximadamente las 3:15 de la madrugada. Teológicamente puedo ver que Dios es Todopoderoso y que nosotros somos pequeños e insignificantes. Meteorológicamente intuyo que mañana tendremos un hermoso y soleado día.

- Y a usted, ¿qué le indica mi querido Sherlock?

Tras un corto silencio Holmes habló:

- Watson, cada día eres más gilipollas. Nos han robado la tienda de campaña.
 

ROSQUILLAS DE JULIA

    No es la primera vez que Julia nos trae a la reunión del Club sus ya famosas rosquillas. El caso es que todavía debe quedar el saborcillo de las últimas que trajo en su cumpleaños, porque han sido varios los que han pedido al webmaster que le preguntase a Julia la receta y la publicase. Están buenísimas.

    INGREDIENTES

    PREPARACIÓN

    Se coloca la harina a modo de un volcán. En el cráter se coloca el huevo, el aceite, el anís líquido, el anís granulado y el azúcar. Ahora hay que amasarla añadiendo la harina que admita. La masa tiene que quedar trabada, ni muy dura, ni muy blanda. Dejarla reposar dos horas.

    Se cortan tiras, se redondean, se hacen los aros y se ponen a freir en una sartén con el aceite ya caliente. Al sacar las rosquillas se colocan sobre un papel de cocina para que pueda absorber el  aceite sobrante. Hay que espolvorear enseguida el azúcar para que quede adherido.

    Julia Esteban

ALCACHOFAS REBOZADAS

    Para no dejar sola la receta de Julia pero muy especialmente dirigida a los que dicen que no saben hacer nada en la cocina, les propongo una receta muy sencillica y gratificante. El ingrediente principal es ponerle cariño. Venga, que haría falta ser un auténtico brozas para que te salga esto mal, y por contra, puedes ganar muchísimo. ¡ANÍMATE!.

    INGREDIENTES:

    PREPARACIÓN:

    En primer lugar, hay que cortar el tallo dejando como un centímetro y quitar las hojas exteriores. Hay que quitar bastantes pero sin pasarse. Luego hay que cortarles la copa y te quedará como un tulipán. Todavía hay que pelar la superficie exterior del tallo y cortar la alcachofa en dos mediante un corte longitudinal. Es decir, en ambos trozos quedará medio tallo. Posteriormente hay que lavarlas muy bien con abundante agua y, por último, refrotarlas bien con el limón para que no se pongan negras.

    Se pone una olla con agua al fuego y cuando ésta comience a hervir, se añade la sal y las alcachofas. En el momento que al pincharlas con un tenedor se atraviesan con facilidad, ya se pueden retirar del agua. Después de dejarlas escurrir, se rebozan en la harina y posteriormente en el huevo, previamente batido. Solo queda freirlas en una sartén con aceite a fuego no muy vivo.

    Se pueden servir como aperitivo o también, como acompañamiento de las chuletas por su poder desengrasante.

    Javier Bescós

    Nota:

• He visto a un profesional en un plato de alguna manera parecido, que corta las alcachofas (casi sin tallo) después de hervirlas. Dice que lo hace porque se deshacen menos y si si son grandes, las parte en 4 ó 6 trozos.

BRICOMINÍA

    Para preparar unos cuartos traseros y delanteros de mini, es indispensable disponer de los siguientes ingredientes de la mejor calidad:

• Un mini con el que no se le ocurra hacer otra cosa, como restaurarlo, quemarlo, arrojarlo por un precipicio, etc (insustituible).
• Una calurosa mañana de domingo, en la que uno no tenga nada mejor que hacer, como dormir, irse a la piscina, desayunar en la compañía de una maravillosa mujer, o mil cosas más... (es recomendable domingo, pero también existe la opción de elegir un sábado, aunque el resultado obtenido pueda diferir del deseado).
• Una amoladora angular, con su enchufe y todo, y disco de corte para metal (a falta del enchufe o la amoladora pueden ser sustituidos por un hacha).
• Dos tontos muy tontos, esto es indispensable, ya que sin este chistoso par de elementos es imposible que el guiso llegue a buen término.

    Ahora los pasos a seguir son los siguientes, mostrados en las fotografías:

• Prepare una plomada, a ser posible con cordel rojo y una bobina colgada en su extremo. Si la bobina puede ser de mini, pues mejor, para evitar que trastoque la elevada precisión de la operación.
• Trace con suma delicadeza las líneas que van a marcar el corte, no olvide que de ello depende que al final tenga que tirar toda la receta a la chatarra o no.
• En este momento comienza la labor con la amoladora. Mientras observamos cómo se cocinan a fuego lento los cuartos traseros, el operario que observan los corta hábilmente con la pericia que le caracteriza, siguiendo los trazos marcados.

• Tras la operación de corte, puede separar los cuartos traseros. Estos se pueden aprovechar de mil y una y mil maneras. Nosotros le recomendamos que los use como aparador para el salón, estantería para los minis a escala que ya no caben en sus vitrinas, armario zapatero, o simplemente cabecero de cama para las visitas (de este modo se asegurará de que no vuelvan).
• Ahora llega el momento de separar los cuartos delanteros. Proceda de la misma manera que para los traseros. En este caso la mejor utilidad es la de sofá, poniendole unos cojines en el vano motor, o como mueble bar si lo desea. Claro que siempre puede sorprender a los vecinos colgándolo del balcón, como si de un mascarón de proa de tratara.

• Por último, le recordamos que también puede servir el guiso aderezado con los dos tontos, y una pizca de perejil a modo de adorno. Si no le satisface el resultado, llame a su chapista, que no tendrá problemas para recomponer el mini por una módica cifra. Si le ha gustado, no se pierda el próximo capítulo de Bricominía.

    Iñaki y Rafa